La primera imprenta en América fue
precisamente instalada en nuestro país, si
bien ya se imprimían libros gracias al rápido desarrollo de la imprenta, el
germen periodístico nació en México con pequeñas notas informativas que daban cuenta de hechos que
acontecían no sólo en México, sino en los demás reinos españoles en América.
Pero no
fue sino hasta la aparición de las hojas volantes que
se comenzaba a manifestar el quehacer periodístico en nuestro país. En estas hojas
volantes se informaba más
que nada los acontecimientos que se suscitaban en los diferentes reinos
novohispanos, así como algunas notas de acontecimientos españoles y las buenas
nuevas de los viajeros que llegaban a la nueva España.
"La
historia de los impresos, particularmente de los periódicos en México es larga. Se
inició a fines del siglo XIX con los trabajos de concienzudos
bibliófilos como José Toribio Medina o Juan B. Iguíniz, quienes tomaron a su
cargo la dura tarea de recopilación de los materiales dados a la luz por las
diferentes imprentas mexicanas. Herederos de los eruditos bibliógrafos de los
siglos anteriores, como Eguiara y Eguren o Beristain, los acuciosos
intelectuales dieron inicio al estudio moderno de los impresos en México. Medina
realizó monumentales estudios sobre algunas de las regiones de México como
Oaxaca, Guadalajara, Puebla de los Ángeles, Veracruz y Mérida. Iguíniz, aunque
escribió sobre di-
versos
temas relacionados con los impresos, se especializó en la historia de la prensa y el
periodismo de Guadalajara"Debemos
considerar el proceso político y social al que se enfrenta México en el siglo
XIX como un factor importante para la prensa escrita de la época ya que éste
era el único medio por el cual las
personas podían enterarse de lo que
pasaba tanto en el país como en España. Surge una gran variedad de folletos y diversas
formas de periodismo. Destacaron dos diarios que fueron instituciones de la
presa liberar: El Siglo XIX y El
Monitor Republicano. La mayoría de quienes escribieron en los periódicos de
la primera mitad del siglo fueron los forjadores de la emergente nación. Éste
medio de comunicación fungía como
árbitro social y vocero de la opinión pública.
Inicialmente
la prensa gozó de ilimitada libertad. Durante la regencia del imperio, los
intereses de los iturbidistas estuvieron representados por la gaceta imperial del gobierno de
México, el fanal del imperio de la capital y el farol de puebla. Los
partidarios de la republica editaron en puebla la abeja poblana, redactada por
los hermanos Troncoso y después por Manuel Ortega Calderón. En la capital,
sucesivamente, la avispa de Chilpancingo de Carlos Maria Bustamante el
semanario político del Dr. Mora, y el hombre libre de Juan B. Morales

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